La violación que no es delito y la mujer hindú que no es persona

La violación que no es delito y la mujer hindú que no es persona

No importa el lugar, la hora o la persona. No importa el vínculo preexistente o el contexto dado. Las relaciones sexuales no consensuadas son violación. Esto, que parece tan obvio y básico para algunos, es una plena “exageración” para otros. Entre esos otros se encuentran las autoridades de la India, un país en donde todavía es legal que un hombre viole a una mujer.

El Código Penal de la India, establecido por el régimen colonial británico en el año 1860, excluye a las relaciones sexuales forzadas entre cónyuges de la definición de violación. Esto significa que si una mujer es violada por su esposo, no tiene derecho alguno a denunciarlo. El fundamento de esta normativa se basa en una antigua convicción del Siglo XVII que sostiene que el consentimiento para el matrimonio en sí mismo implica el consentimiento para las relaciones sexuales, que una vez otorgado no puede ser revocado. Esto es, una vez que una mujer se casa, se asume su consentimiento permanente a mantener relaciones sexuales con su pareja. No nos sorprende la existencia de una norma de esta índole si contextualizamos la época en la que fue establecida. Una época tan lejana a nuestras concepciones actuales, a los derechos que hoy consideramos básicos para las mujeres. Lo que no solo nos sorprende, sino que nos indigna, nos duele, es su vigencia hasta el día de hoy. Hoy en día, a pesar de considerarnos tan modernos y avanzados en derechos humanos, siguen existiendo lugares, instituciones y creencias en las que el hombre posee completo poder sobre el cuerpo de la mujer. 

Desde el año 2022, el Tribunal Superior de Delhi y el Tribunal Supremo reclaman que la violación dentro del matrimonio se incluya en el Código Penal. El pasado mes de julio de este año, el gobierno del primer ministro hindú Narendra Modi presentó una versión actualizada del código penal. Esta actualización elevó de 15 a 18 años la edad mínima de la esposa a la que se aplica la excepción de violación intramatrimonial. A pesar de las reiteradas peticiones del Tribunal Supremo, y al profundo sufrimiento de las esposas víctimas de violación, el gobierno hindú se opuso obstinadamente a la inclusión de la violación marital en el Código Penal. A principios del mes de octubre, las autoridades declararon en un documento de cuarenta y nueve páginas que tipificar como un delito la violación conyugal es "excesivamente severo" y “desproporcionado”. En las propias palabras del gobierno; "El matrimonio no elimina el concepto de consentimiento de la mujer, pero castigar al marido por violación no es el remedio adecuado". 

Los datos de la Oficina Nacional de Registros de Delitos (NCRB) indican que, en el ámbito de la violencia sexual, una mujer casada en la India tiene diecisiete veces más probabilidades de ser víctima de abuso sexual por parte de su esposo que por parte de cualquier otra persona. De esta forma, el matrimonio parece implicar todavía mayor peligro para las mujeres. Esto pone de manifiesto la gravedad del problema, en donde, a pesar de la evidencia de la falta de seguridad jurídica por parte de la ley hindú, el gobierno mantiene firme su postura machista y retrógrada. ¿Qué más se podría necesitar para poder avanzar en algo tan básico y elemental? 

No importan las creencias tradicionales o las instituciones cavernícolas. No importa si se trata de una esposa, en su casa, con su marido. Las relaciones sexuales no consensuadas son violación, y las mujeres hindúes están siendo legalmente violadas. Sin la reforma básica adecuada, seguirán enfrentándose a una realidad inaceptable donde no existe noción alguna de su integridad.

Referencias y bibliografía