Namibia: el genocidio olvidado

Namibia: el genocidio olvidado
El ex-campo de concentración en la "Isla Tiburón". Un yermo árido e inhóspito donde el Imperio Alemán exterminó entre 1.032 y 3.000 herero y nama.

Al pensar en los numerosos genocidios que ocurrieron en la historia contemporánea, muchos ejemplos surgen inmediatamente: el Holocausto, el Sendero de Lágrimas, el genocidio armenio o camboyano. Sin embargo, hay un genocidio relativamente reciente que ha quedado en el olvido, pero que recién a fines del Siglo XX comenzó a ser estudiado por académicos. Se conoce como el “genocidio de los nama y herero” o de manera más sencilla, el genocidio de Namibia: entre 1904 y 1908 las autoridades coloniales del Imperio Alemán  mataron, torturaron y violaron entre 34.000-110.000 miembros de los pueblos originarios nama y herero de África del sudoeste Alemana; hoy en día Namibia, un país en el sudoeste africano que limita con Sudáfrica, Angola, Zambia y Botsuana. 

Uno podría incluso argumentar que el genocidio de Namibia es elemental para entender otros casos como el Holocausto. Ya que varios académicos como Casper W. Erichsen (autor de El Holocausto del Káiser: el genocidio olvidado de Alemania y las raíces coloniales del nazismo) sostienen que el genocidio “ejemplar” que utilizó el régimen nazi como base para el Holocausto no fue el genocidio armenio como ha sido el discurso común durante varios años, sino el Genocidio de Namibia. Una razón principal para esto es que el propio Imperio Alemán cometió el genocidio y que fue una de las primeras instancias de campos de concentración en la historia moderna, de hecho el campo de concentración más conocido durante este Genocidio, el Campo de Exterminio de “Shark Island” (la Isla Tiburón) se utilizó en 1905, 35 años antes de la apertura de Auschwitz. Además, tanto como el genocidio armenio (1915-1916) incluyó “marchas de la muerte” el Genocidio de Namibia se concluyó con marchas de la muerte de los nama y herero hacia el Desierto Kalahari, a un lado teniendo al brutal y hostil desierto y al otro las armas y espadas del Imperio Alemán. Para aumentar la escala de semejante atrocidad, las calaveras robadas de cadáveres herero y nama fueron transportadas a la Universidad de Friburgo donde luego serían estudiadas por el eugenista Eugen Fischer y el antropólogo Karl Saller para crear la escala Fischer-Saller; que sería utilizada por el régimen nazi para distinguir si el color de pelo de un individuo era digno de la “raza aria”. Las medidas de los huesos de estas calaveras por su parte serían utilizadas con fines eugenistas por el régimen nazi.

Hoy en día, Namibia es prácticamente un desierto y es el tercer país con la menor densidad poblacional en el mundo (tiene tres habitantes por kilómetro cuadrado), superado solo por Australia y Mongolia. Debido a la poca población en la colonia, el gobernador colonial (denominado Reichskommissar) para África Sudoccidental Alemana entre 1885-1890, Heinrich Ernst Göring presuntamente disparó oro contra una pared rocosa en 1887, utilizando los restos del disparo como evidencia del metal precioso en la región, intentando así atraer inversiones y colonos al desierto. Los colonos alemanes que luego vinieron a la colonia fueron incentivados para tomar las tierras y animales de los herero y nama, usándolos como esclavos. 

Pronto aumentaron las tensiones entre los clanes de nama y los colonos alemanes, causando revueltas y rebeliones contra los opresores colonialistas. Varias políticas del gobierno colonial solo aumentaron las tensiones entre ambos grupos. Por ejemplo, durante varios años los herero y nama fueron forzados a pedir prestado dinero a los colonos a altas tasas de interés, pero cuyos pagos fueron postergados porque los herero y nama no tenían activos para saldar dichas deudas. Naturalmente, los prestamistas robaron las vacas de los herero y nama y el Imperio Alemán incluso apoyó estas medidas. Si bien hubo cortes coloniales a las que los nama y herero podían apelar, porque sus vacas eran sus posesiones más valiosas, el derecho jamás falló a favor de los indígenas, estableciendo que “la palabra de un blanco es equivalente a la de siete nativos”.

Los herero se rebelarían en los primeros años del siglo XX, aumentando gradualmente la severidad de sus levantamientos: primero atacaron oficinas postales y edificios gubernamentales, robando armas alemanas cuando los soldados coloniales estaban en el sur de la colonia; posteriormente, a inicios de 1904, mataron entre 123 y 150 colonos alemanes en un ataque, humillando así a Berlín, pero esto solo causó rabia por parte del Imperio. Para aumentar el apoyo de la ciudadanía alemana a un ataque destinado a los herero y nama, las empresas alemanas imprimieron fotos coleccionables (como las figuritas de Panini) que mostraban a los herero y nama robando, matando y violando a colonos alemanes; estas figuritas fueron vendidas junto con jabón y chocolate para que niños alemanes las coleccionaran. El Káiser Guillermo II demandó retribución y Theodor Leutwein (el nuevo gobernador de la colonia) ordenó a las tropas alemanas volver al norte, pero perdieron el 10% de sus fuerzas debido a una campaña de guerrilla por parte de los herero en los primeros meses de la rebelión.

Una de las fotos coleccionables. Traducido desde alemán, dice: "El levantamiento herero en el África Sudoccidental Alemana. Omanbonbe: Cambio de la granja del Sr. Gamisch"

Esto causó que Leutwein fuera reemplazado como gobernador de la colonia por Lothar Von Trotha en junio de 1904, un comandante militar en la futura Primera Guerra Mundial, también conocido por numerosos crímenes de guerra en África Oriental Alemana (hoy Tanzania) y durante el levantamiento de los bóxers en China. Von Trotha fue un eugenista y altamente racista contra los nama y herero, declarando que:

 “Conozco suficientes tribus en África. Todos tienen la misma mentalidad en la medida en que sólo ceden ante la fuerza. Mi política fue y sigue siendo aplicar esta fuerza mediante terrorismo absoluto e incluso crueldad. Destruiré a las tribus rebeldes derramando ríos de sangre y dinero. Sólo entonces será posible sembrar las semillas de algo nuevo que perdure.

El conflicto central radica en que Leutwein buscaba la pacificación de las tribus porque él las veía como obra de mano esclava; en cambio, Von Trotha consideró a los herero y nama como seres totalmente inferiores que merecían el exterminio violento. El comando de Von Trotha fue brutal; los negros eran elegidos aleatoriamente para ataques violentos o incluso ejecutados en la horca. Los soldados de Von Trotha capturaban a indígenas en las ciudades o en el campo y los llevaban a la capital, Windhoek, para ser ejecutados y; de hecho, en un momento dado se construyeron tres horcas distintas para asesinar a 300 personas simultáneamente.

El 11 de agosto de 1904 se llevó a cabo la Batalla de Waterberg, que fue más una masacre de los herero que una batalla. Los alemanes buscaban exterminar finalmente a los herero con artillería y ametralladoras Maxim, pero algunos herero lograron huir hacia el desierto. A mediados de agosto sólo quedaron 60 guerrilleros herero que se parecían más a refugiados que un ejército, sino más un grupo de civiles comiendo pasto y tomando la poca agua que encontraban, buscando meramente sobrevivir. Pronto las fuerzas alemanas rodearon a los herero en tres frentes, no cuatro, porque el cuarto frente fue el hostil Desierto del Kalahari. Es decir, los pocos herero que quedaban tenían que elegir entre la horca y la ejecución pública o una muerte larga y sufrida en una de las regiones más secas y calurosas del Planeta. Von Trotha mandó la siguiente carta al grupo:

Los herero ya no son súbditos alemanes. Han asesinado y robado, han cortado orejas, narices y otras partes del cuerpo de los soldados heridos, quien entregue a Samuel Maharero (el líder de los herero) recibirá 5000 marcos. El pueblo herero debe abandonar la tierra. Si la población no hace esto, los forzaré con el tubo largo (cañón). Dentro de las fronteras alemanas, todo herero, con o sin arma, con o sin ganado, será fusilado. Ya no aceptaré a mujeres y niños, los devolveré a su pueblo o dejaré que les disparen.
Estas son mis palabras al pueblo herero.

Luego von Trotha ordenó a algunos de soldados entrar en el Desierto del Kalahari, envenenar la poca agua natural que había y bloquear todas las salidas, asegurando así la muerte de cualquier herero que hubiera evadido la captura. Esto se hizo porque von Trotha supo que sus soldados tendrían problemas a la hora de disparar a niños y mujeres, algo que el régimen nazi luego redescubriría con el “Batallón de Reserva Policial 101”.

El campo de concentración más conocido durante el Genocidio de Nambia fue el Campo de Concentración de la Isla Tiburón (Shark Island), donde se estima que el Imperio Alemán mató a decenas de miles supervivientes del desierto Kalahari. La isla fue considerada inhabitable, seca y calurosa; sus prisioneros no recibieron ropa, pero sí recibieron agua contaminada para beber y harina y arroz crudo para comer, además se les prohibió encender una fogata. Se estima que 20 personas murieron por día en el campo de concentración y su reputación llegó al nivel de que los herero que estaban por ser capturados optaron por el suicidio al saber que irían a la Isla Tiburón. Muchos prisioneros intentaron comer la comida que habían tirado los guardias, pero fueron azotados como castigo. Los cadáveres eran llevados en carro al final de cada día a una playa en la isla donde, gracias a la marea baja, se los llevaban los tiburones. Muchos prisioneros sufrieron enfermedades y la única atención médica fueron experimentos realizados por el previamente mencionado eugenista Eugen Fischer. Naturalmente, estos experimentos se asemejaron a los que llevaría a cabo Josef Mengele 35 años después. De hecho, Fischer luego ayudaría a fundar el Instituto Káiser Guillermo de Antropología, Genética Humana y Eugenesia, una escuela que luego entrenaría al mismo Mengele y Hendrik Verwoerd (también conocido como el “padre del apartheid sudafricano”). 

Si bien este artículo puede considerarse un breve repaso de una de las peores atrocidades cometidas por un gobierno colonial, tiene un final poco positivo: en 2021 el gobierno alemán reconoció sus atrocidades en Namibia como un genocidio y en 2014 devolvieron calaveras de herero y nama que fueron utilizadas por Eugen Fischer para determinar la escala Fischer-Saller (esta misma escala luego sería utilizada en el genocidio armenio y durante el Holocausto para determinar si un individuo pertenecía a la “raza aria”). Alemania pagó 1.100 millones de euros a las comunidades herero y nama, un monto acordado con el gobierno de Namibia sin la consulta con las comunidades herero y nama. Por su parte, dichas comunidades rechazaron las reparaciones, explicando que es demasiado poco considerando la tragedia que sufrieron.

Para este artículo usé principalmente el libro de Olusoga y Erichsen, El Holocausto del Káiser: el genocidio olvidado de Alemania y las raíces coloniales del nazismo y episodios del podcast "Leones liderados por burros" (Lions Led By Donkeys). Utilicé principalmente los episodios 165 y 166 que tratan el genocidio de Namibia. Dejo dichos episodios incorporados abajo y otras fuentes en la bibliografía.

Bibliografía:

  • Bridgman, J. (1981). The revolt of the Hereros. University of California Press.
  • Kassabian, J. (Host). (2021, 19 de julio). The Namibian Genocide Part 1: The Scramble For Atrocities (No. 165) [Episodio de Podcast]. En Lions Led By Donkeys Podcast. https://open.spotify.com/episode/68wRprDet5eH19GVyaRXnb
  • Kassabian, J. (Host). (2021, 26 de julio). The Namibian Genocide Part 2: Shark Island (No. 166) [Episodio de Podcast]. En Lions Led By Donkeys Podcast. https://open.spotify.com/episode/56YGuoDIYZEnOVeBdSFiKf
  • Kroll, D. J. (2006). Securing Our Water Supply: Protecting a Vulnerable Resource. PennWell Corporation. pp. 22.
  • Nebe, C. (2024, April 1). When colonial Germany committed genocide in Namibia – DW – 04/01/2024. DW. Retrieved August 13, 2024, from https://www.dw.com/en/when-colonial-germany-committed-genocide-in-namibia/a-67623302
  • Olusoga, D., & Erichsen, C. W. (2010). The Kaiser's Holocaust: Germany's Forgotten Genocide and the Colonial Roots of Nazism. Faber & Faber.
  • Von Trotha, Lothar. Carta al pueblo herero. 2 de octubre de 1904.